22/10/12

Poema de Roberto Reséndiz Carmona



LABIO AMARGO

Desata las cintas del calzado
para no salir a buscar más piedras en la calle
ni escuchar el agua
en los bajantes de ladrillo.

Nada de lo que digan
puede aliviar el aire que la toca
la savia que brinca por la carne
el gélido labio que la muerde.

Llueven escombros cada mañana
predispuesta
sabe que ha muerto
sin embargo
no reconforta la carne magullada
el miserable silencio
en la candela en el apando.

Por no encender la flama
revuelca el cuerpo en la tiniebla
anida pecados
el lumpen de otro cielo amargo.

© Roberto Reséndiz Carmona

3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola. un dolorosísimo poema, de extremada sensibilidad y captación de una realidad terrible, producto de la indiferencia de la sociedad.En "el lumpen de otro cielo amargo" vemos al prójimo repetido en mil calles de nuestro planeta, sin casa, excepto el ocasional "apando" donde va a parar por obra de la policía, a quien ordenan reprimirlo, cuando con unas pocas "piedras" intenta defenderse cuando lo acorralan.La realidad al rojo vivo. Realidad que debe transformarse. Un alegato como este es el primer paso, la conciencia de la injusticia precede al cambio Irene Marks

26 de octubre de 2012, 8:30  
Blogger LIDIA CARRIZO ha dicho...

Roberto mi abrazo!
tu poema tiene tu marca tan caracterìstica y profundo.
gracias por compartirlo!
Lidia CC.

27 de octubre de 2012, 0:14  
Anonymous Anónimo ha dicho...

profundamente social, dolorosom testimonia y denuncia. Abrazo jorge paolantonio

9 de noviembre de 2012, 16:22  

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