Poema de Isabel Krisch
y entonces permite hincarse
sobre el solado pulido
ponerse de rodillas
debajo del agua
con decidida entrega
autoriza la unión en simbiosis
el juego a encontrar los ojos del otro
entre el vapor de la ducha
con los grifos clavados en la espalda
un torrente de caños encerrados en la pared
los oídos atentos al fluido
y un no pedir permiso ni al espejo
encima del granito gris mara
ahora concede
el frío
que se interna se festeja
correr con la mano miles de frascos de especies
o trepar al petiribí rojo
que se ensaña en ser atribuladamente cálido
consiente
(si fuera necesario)
de pie
debajo del dintel
capitulando el método el lugar
la norma usual
para rendirse allí
en la zona húmeda
donde más se goza
4 comentarios:
un final espléndido sensual
para este interesante poema
desde graciela abrazo
Muy bueno solo imaginar el erotismo que encierra enciende un fuego que corre por las venas, bellísimo
maria elena tolosa
Erotismo muy logrado. Que no es fácil
Abrazo
Alicia Perrig
Muy bueno, Isabel. Disfruté de sus sugerencias y de su intenso erotismo, exaltado por la delicadeza de las alusiones. Muy logrado. Un beso. Adriana Maggio
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