29/10/11

Poema de Cecilia Glanzmann



corazón De Durazno

Se cuenta:

Cuando un durazno maduro
gotea su almíbar
el corazón del hombre percibe
la caladura divina en su costado herido

y cruza el río sin miedo.

Eso dicen. Eso cree.

El agua canta en el carozo amurallado
y gotea por la piel
del sorprendido durazno.

El hombre lo come gozoso
lo reúne
en sintonía con la Esencia.

Fluye el agua dulce
mientras la tierra se alimenta
con los frutos que se caen.

El hombre se une al Todo.

Eso dicen.

© Cecilia Glanzmann

2 comentarios:

Blogger Pere Bessó ha dicho...

Guays
Qué maravilla de poema.
Me gusta y sugiere esa caricia metafórica del durazno en sumás profundo e íntimo centro.
Uf, ay y todas las explosiones de júbilo.
Plas, plas, plas
Felicitaciones, amiga
Pere

30 de octubre de 2011, 4:01  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Un poema que traduce la exploción del durazno maduro para que el hombre lo devore con pasión

maria elena tolosa

30 de octubre de 2011, 23:32  

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