Gina Escobar comparte a Rojas/Oviedo Álvarez/Villalba Vera
El atardecer atraviesa mi cuerpo
mis cabellos se enredan
en las oscuras espinas
mi piel se convierte en pelusas
adhiriéndose a las flores nocturnas
que despiertan con el roce del último rayo
de sol
me doy cuenta que no tengo esqueleto
y que mis carnes sólo son perfumes de
otros días
el monte me llama
me llama
me llama
en el amanecer me arrepentiré de mis actos salvajes
tratando de recuperar la cordura…
para volver a sufrir el día…
© Rodrigo Hernán Rojas
Se me van los días
Después de las llamas de los crepúsculos
avanzan las negruras
escenarios para que
las lunas renueven sus caras.
El sol
caldea las piedras del cerro.
Camino y pienso.
Cuántas ganas se quedaron en el camino
cuántas páginas siguen en blanco
cuántas ilusiones no subieron a los trenes.
Encima ahora
no podré leerle
un poema a Fidel.
© Ángel Oviedo Álvarez
DAD AL NIÑO LO QUE ES DE DIOS
Sentada en una plaza,
La tarde del domingo
Ceba el último mate.
La campana revela la cita
De la ostia y el pecado.
Un niño desnutrido llega
Y acomoda sus huesos
En la puerta de una iglesia.
Como ramas secas,
Extiende desde el hombro,
Húmero, cúbito y radio.
Ahueca falanges, carpo y metacarpo
Y moldea un niño abandonado.
Señor, me ayuda por favor
Con una moneda a pagar mi culpa
Heredada de una deuda ajena.
La limosna del templo duerme
Con la panza llena
© Ismael Oscar Villalba Vera
Etiquetas: Gina Escobar
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