17/6/25

Ernestina Elorriaga comparte a Rojas Paz/Campos Parra/Juárez

 


ENAMORARSE


El otro llega con el hueso calado de besos

en ritual amanecido con la carne 

estallando lunas nuevas 

en la saliva compartida .

Poseídos de lo indómito

flores en su máximo idilio

polen esparcido por al aire 

invadiéndonos la respiración.

Enamorarse es esta capacidad 

de olvidarnos de las estaciones 

en que la hoja se quiebra en marrones

 que llevan amnesia del color,

y se hace cenizas  de restos oseos 

tatuados de gestos.

El después susurra cantos

 de humanos primitivos,

pintamos  nuestro rostro  con polvo gris 

bailamos  lo cotidiano alrededor de una hoguera.

El fuego se apaga o resiste 

según  el exorcismo 

de toda  duda sobre la ausencia,

la  ceguera, el silencio y la muerte.


© Candelaria Rojas Paz



Cuánto he muerto

aquí donde estoy siempre

en compás de espera 

para quién sabe qué


con más ausencias

detrás de velos descoloridos 

donde la noche se esconde y mira,


no habrá más de ti

apenas lo que guardé

en un templo de diálogos,


mis surcos 

y los algodones tiznados del cielo

rompen en llanto

aquí donde estoy siempre,


la única ventana enmarca

un panorama indecible 

y soldados en la tierra,


la lluvia cae

y entra por los techos

las alturas

para que nadie se salve,


vienen coreando 

despedidas imposibles

ritmos mortuorios

y un adiós solo.


Palabras y palabrotas

que aprendió esta casa

se escurren por el lavaplatos 


caen hecho agua o cenizas

en la nada de donde somos,

vasijas inmemoriales 

y un rectángulo olvidado,


¿cuánto he muerto

aquí donde estoy siempre?


© Andrea Campos Parra



"Los nombres"


Mi ciudad se llama mundo.

Hay barrios 

Que me quedan un poco lejos 

Y los transito desde sus antojos 

Sentado en la orilla 

Recojo

Los tatuajes que eligió para mi.


Esto

Lo tuyo 

Que abarca en la infinitud 

Todo

Rueda incesante 

Junto al sonido lirico de los abrazos,

Cada fuego nació allí 

Trova y calle 

Cuerpo lúdico 


Esto 

De usted

Allá 

En la presencia incomoda de la desobediencia 

Rumbo al patio de los astros 

En grafía húmeda,

La ciudad es una metáfora constante 

Se atreve a mirar las calles 

A cualquier hora 

Pregunta por las bufandas 

Suena

También le interesan los ensayos sobre alimentación saludable,

Mi ciudad 

Se llama mundo.


La coherencia

Sería salir a presumir 

         El poema

Pasearnos por su jeta

Ardiente 

De fuegos nuestros

Y construir en la distancia el camino

Para que el olvido deje de burlarse 


Éste conglomerado de desiciones pregunta por tu patria 

Fundada el día de la victoria 

Reconozco ahí

Su calor,

Mi ciudad 

Se llama mundo.


© Walter Juárez    


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