Claudia Tejeda comparte a González/Rovedatti/Peleteiro
Copina 3139
Hay paredes en mi casa
y hay cuadros que vigilan como dueños
los días nuevos.
Me miran sin que los mire
dicen con lengua quieta
que de ahí no se bajan
que no pasarán el infierno
de cuando estuvieron envueltos
por años en cajas.
Que no soportarán otra retirada.
Firmes ahí
tironean para atrás la vida.
Se cuelgan del clavo, juzgan mis olvidos,
fiscalizan la memoria.
Encuadran los límites de una eternidad
falsa.
Someten a esta casa
para que sea sin querer
todas las casas.
© Susana González
Intervalo de Atlas
En cada vértebra, dura roca,
una montaña sinuosa
sobre los hombros de Atlas.
Tus dedos, seda en mi espalda,
silencioso gas inerte
de pétalos intangibles,
como manantial de plumas.
La médula, ya,
serena playa
de blandas arenas.
© Maria Angélica Rovedatti
Cuando mi voz no alcanza
Cuando mi voz no alcanza
¿me oís?
La casa en silencio.
Intento apagar el fuego
la noche es larga.
La casa en silencio.
¿Podré con un alikal?
¿Adónde se esconden los frenos
cuando mi voz no alcanza?
¿Adónde está
el límite de las palabras?
¿Me oís?
¿o es solo ilusión
lo que digo?
¿salpica paredes
y no te toca?
Es tarde
la oscuridad no cesa.
Se hace rogar la mañana.
Intento sofocar el incendio
en la efervescencia
de un antiácido.
© Viviana Peleteiro
Etiquetas: Claudia Tejeda
1 comentarios:
Nuevas voces que desconocía. Excelente la propuesta . Graciela Barbero
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