Poema de Silvio Bilbao
Cuando fuimos al Telo
Después de aquella noche,
quedó
bien pipona.
Susurramos ideas al oído
que fueron
irrepetibles.
Los espejos mostraban nuestra
piel bajo las uñas.
La música funcional
estaba funcionando más que nunca.
Y así fue que cambiamos
las manos por miradas,
hasta que por fin, coronaron
nuestros veleros de Normandía,
por
todos los espejos del hotel.
Había sido una gran noche:
por primera vez
nos habíamos excitado
el corazón.
© Silvio Bilbao
Etiquetas: Silvio Bilbao
1 comentarios:
Sutil. Bello. Gracias, Irene.
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio