Poema de Sebastián Jaka
MIRA LA PIEDRA QUE CAE DEL CIELO
Mira la piedra que cae del cielo.
Alguien ha dicho tu nombre en algún lugar no muy lejano
y ahora un gorrión negro se precipita sobre tu barrio
como un presagio o una plegaria.
Tu nombre ha sido dicho con o sin pureza
por una boca, por una garganta, por un cuerpo bien de este
mundo
pero bastó la mera mención para que algo irrevocable cambie
en el universo.
¿Quién eres ahora hombre del gorrión muerto, despedazado
ante el hastío de las cosas cotidianas?
¿Es el mismo hombre que auscultaste esta mañana en el
espejo?
¿Con el mismo pulso acaricias la mejilla de la existencia?
¿Cabe en tu mano el gorrión muerto, tibio todavía, o es tan
solo una piedra encontrada en el camino?
Oyes, lejanas, las campanas de las catedrales y con leve
extrañeza piensas en el color de tu nombre
¿Era azul, mi nombre, uva de carne crujiente y dulce?
Oyes y la distancia te parece imposible, como si el tiempo
ya no pudiese atravesarla.
Estás lejos y tus pasos ya son de un material que se
desgrana
Y es la arena y tu nombre que flota a dos metros de altura,
como el espíritu de un ser amado y perdido.
© Sebastián Jaka
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