Poema de Claudio Portiglia
Cuando el hombre creó a Dios
mucha agua había corrido debajo de los puentes
desde el momento en el que se irguieran los primates
y la bóveda celeste se les revelara con su magnífica
amplitud
Dios primero fue magia y fueron dioses
la Luna el Sol el Viento las estrellas
los ríos y los mares
las bestias y las plantas
los eventos telúricos
los fenómenos climáticos
y el sexo reproductor
cuando el hombre creó a Dios las guerras tuvieron una excusa
y la elemental competencia por los espacios y por la comida
se convirtió en ambición
no ya por conquistar los reinos sobre la Tierra
también por conquistar los reinos entre los cielos
en nombre de ese Dios Todopoderoso
que se empeñaba en señalar con el dedo
quiénes eran los militantes del Bien
y quiénes eran los militantes del Mal que habitaban
indefectiblemente
la vereda de enfrente
© Claudio Portiglia
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