Poema de Amalia Mercedes Abaria
ME RODEAN RAMAS ENNEGRECIDAS
Cuántas
lágrimas, Dios!
Y el
cielo está encendido.
Beatriz Arias
Me rodean ramas ennegrecidas
con brutas
cáscaras de esquirlas.
Palpo raíces y ramas
del cansancio.
¿Quién sobrevivirá ante
tanto cemento devorado?
¿Qué haremos, qué haremos
para ahuyentar al lobo
de esa estrella negra?
No esperemos a la hecatombe final
al silencio definitivo
de las tumbas sin fronteras,
al inmenso caudal de lavas
que sangran,
a las trompetas de las falsas victorias
mientras las cenizas de las palomas
duermen en la larga muerte.
No, no esperemos.
No quiero más el latigazo
de estruendos, brumas, bombas,
no quiero el temblor de los nidos
ni los muñones desesperados.
Sueño con puentes,
puentes en los días y en las noches
alumbrando las ciudades envejecidas.
Puentes.
Una unión sin antifaces
Puentes.
Acaso, ¿no podremos dejar
la muerte en los estanques?
¿Habrá un cielo perfecto
para las flores tristes?
© Amalia Mercedes Abaria
Etiquetas: Amalia Mercedes Abaria
2 comentarios:
Alta belleza en el decir doloroso y desolado que plantea tu poema Amalia. Queda latente la pregunta en su final compacto: "Habrá un cielo perfecto para las flores tristes?". Gracias!
Muy bueno Amalia. Sil Crespo
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