14/3/25

Poema de Amalia Mercedes Abaria

 


ME RODEAN RAMAS ENNEGRECIDAS 

                             

               Cuántas lágrimas, Dios!

               Y el cielo está encendido.

                              Beatriz Arias                                           

 

Me rodean ramas ennegrecidas

con brutas

cáscaras de esquirlas.

 Palpo raíces y ramas del cansancio.

¿Quién sobrevivirá ante

tanto cemento devorado?

 

¿Qué haremos, qué haremos

para ahuyentar al lobo

de esa estrella negra?

 

No esperemos a la hecatombe final

al silencio definitivo

de las tumbas sin fronteras,

al inmenso caudal de lavas

que sangran,

a las trompetas de las falsas victorias

mientras las cenizas de las palomas

duermen en la larga muerte.

 

No, no esperemos.

 

No quiero más el latigazo

de estruendos, brumas, bombas,

no quiero el temblor de los nidos

ni los muñones desesperados.

 

Sueño con puentes,

puentes en los días y en las noches

alumbrando las ciudades envejecidas.

Puentes.

Una unión sin antifaces

Puentes.

Acaso, ¿no podremos dejar

la muerte en los estanques?

 

¿Habrá un cielo perfecto

para las flores tristes?

 

© Amalia Mercedes Abaria

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2 comentarios:

Blogger Alfredo Lemon ha dicho...

Alta belleza en el decir doloroso y desolado que plantea tu poema Amalia. Queda latente la pregunta en su final compacto: "Habrá un cielo perfecto para las flores tristes?". Gracias!

15 de marzo de 2025, 8:48  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Muy bueno Amalia. Sil Crespo

15 de marzo de 2025, 17:35  

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