Poema de Misael Castillo
Un árbol crece en la guerra
La guerra comenzaba y yo
del amor conocía la ausencia.
Para saciar el castigo,
bebí soledad en un paraje.
Para vivir el amor
planté un árbol de naranja en el patio
y un mango en el frente.
A ambos los cuidé con una devoción absoluta.
Con mis manos protegí
las orugas tristes
que enterré con paciencia.
Vi crecer esos árboles,
y para decir tiempo tuve que meter
una navaja en mi boca.
Ningún tiempo puede detener
el crecimiento de lo hermoso.
Y aunque alrededor esté la muerte,
todo puede crecer
si se trata con cuidado.
© Misael Castillo
Etiquetas: Misael Castillo
1 comentarios:
La vida y la belleza crecen sin embargo... Saludo desde Córdoba Misael, Alfredo Lemon
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