5/12/24

Poema de César H. Suárez

 


                         A mi padre Juan H. Suárez

 

La noche desnuda al silencio,

en tu sombra se refleja mi sombra.

Esa voz que te pertenecía es mi voz/

ya no me llamarás  hijo / hijo.

Y he debido resignarme a la ausencia.

Sostener esa misma sustancia

que nos habita,

fuimos/ somos/ seremos.

Adeudamos tantas palabras

desde recónditos lugares

de no pertenecer/

Con el largo hastío del tiempo,

fui dándome cuenta de la despedida,

ese día de junio /

en el silencio de una noche

muy similar a la noche de hoy.

La víspera del olvido nunca acallara

 tu recuerdo  en mi derrotado corazón.

Resuena en mi ese cantar / vuelo

de esas palomas en ese infinito día/ de esperar un cuerpo.

Tu cuerpo yaciente cuando las hojas caían bajo el cíclico tiempo

de ese otoño .

 

Eras todos los límites rotos/

juventud del espíritu, en la búsqueda intrépida de detener

eso imposible/

deshacer la gravidez del tumulto de los años

 en la irrefrenable desdicha del cronos.

 

Eras la leve orden de todos los sacrificios,

la serena urgencia del adobe,

 - esa  ungida voluntad sin detener-

en el ardido valor de todos los deseos primitivos.

 

Eras la infinita mirada al cielo,

aquí, allá o donde la mirada vagaba

en lo errante de esos viajes /

 

Eras libre   tan libre

como esos pájaros que te pertenecían,

como en la sagitariana libertad del viento.

¿Quién me llamará ahora hijo/ hijo,

cuando tu voz ya no me acaricie en todos mis sueños?

 

Esos instante donde tu voz es tan / tan perteneciente,

a mi corazón .

Y cava en mi íntimo recuerdo el aullar de la noche

de aquel doliente junio .

 

© César H. Suárez

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1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Conmovedor este poema! Gracias!
Sonia Rabinovich

7 de diciembre de 2024, 20:21  

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