4/12/24

Texto de Sebastián Jaka

 

 

TIERNA VACA

 

Ahí yace la tierna vaca enterrada emputrecida.

Los días crecen ahí donde la vaca pasta y bostea la muerte blanca de la vaca.

Los enjambres se arraciman como frutos tierna vaca

y el hombre anda desnudo erectado de pies y manos y médula y el ánfora y el golpe de hacha materno que le dio por fin la vida, tierna vaca.

Acaso los molinos te celebren en el viento

y un rumor de acacias te traiga un hálito de estrellas y planetas, lentejuelas

Porque ahora todo es cielo y todo es tuyo, tierna vaca.

Todo el cielo y el gaucho enamorado que mea en los alambres los yuyales

los postreros días jóvenes de la dicha y el esperma que hacían girar la rueda de molino de las horas, tierna vaca.

Todo es joven en tu muerte, tierna vaca.

Todo anda renacido y como enjuto y en sí mismo

y es mi huella la que busco en tu cuerno alucinado tierna vaca

porque lo que amamos yace en tu memoria allí enterrado

como el oro en las encías de los muertos.

 

© Sebastián Jaka

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1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Excelente por sus palabras y sentencias cuidadas tu destacado poema Sebastián. Con su remate perfecto me recuerda a otro, también de "vacas" del gran Raúl Zurita.
Qué bueno que "Una tierna vaca" o "Toros al sol" disparen pensamientos e imágenes poéticas profundas como las que presentás. Alfredo Lemon desde Córdoba

7 de diciembre de 2024, 19:46  

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