12/7/24

Poema de Alejandro Méndez Casariego

 

 

Llegado a esta edad,

quisiera que me preguntaran.

Los hijos, por ejemplo: cosas de nuestra vida,

el porqué de esto o aquello, qué salió mal,

por qué los años de tristeza,

los silencios. O todavía más adentro, la oscuridad

que nace de un lugar entre los ojos.

Ellos andaban por allí

y deben haber visto. No fue fácil.

Pero parece que crecieron

evaluando, por hábito adquirido,

la correlación de fuerzas,

lo que se acumula

del lado de lo que vale la pena.

Nosotros hasta ahí, me dicen,

porque toda tragedia, han aprendido,

debe ser resuelta en esta vida. Nada más que decir:

hay otros hijos que criar, un jardín que sembrar. La

maleza

por dañina que sea, se separa

y se quema, con júbilo, en la hoguera.

 

© Alejandro Méndez Casariego

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4 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Memoria y balance. Esplendente. Alfredo Lemon desde Córdoba

13 de julio de 2024, 9:24  
Anonymous Mirta Venezia ha dicho...

Ayy tan difícil criar hijos, vivir con nuestros sueños y dolores y criarlos con lo que podemos y a veces no alcanza

21 de julio de 2024, 10:25  
Blogger Carolina Brieux Olivera ha dicho...

Maravilloso, certero, bellísimo, profundo siempre Ale!

21 de julio de 2024, 12:53  
Blogger Vilma Sastre ha dicho...

Profundo, emotivo y certero poema. Los versos se van decantando a medida que los leemos y llegan hasta las entrañas. Bravo Alejandro.

23 de julio de 2024, 11:20  

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