12/7/24

Poema de Alicia Márquez

 


Mi abuela Carmen besaba el pan duro,

antes de tirarlo a la basura.

Era un gesto de agradecimiento,

y seguramente, de recuerdo del hambre.

Después, yo la imitaba y besaba el pan

como se besa a un gorrión muerto.

Muchos años más tarde, mi abuela Carmen

ya no besaba el pan duro.

Lo ponía en una bolsa, y la mantenía muy firme

entre sus manos.

Cuando llegaba visita, metía la mano en la bolsa

y ofrecía un pan

porque, al venir de lejos, seguramente

los visitantes estarían famélicos.

Algunos, los más sensibles, aceptaban el pan

con una sonrisa.

Otros, también con una sonrisa, le decían que no.

A esos, mi abuela no los miraba más.

 

© Alicia Márquez

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6 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Me conmueve Ali, en mi casa también besaban el pan, luchaban por sus sueños extrañaban otra tierra.

21 de julio de 2024, 10:28  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Bello Bello. Me hubiera gustado conocerla. Flora L.

21 de julio de 2024, 12:25  
Anonymous Anónimo ha dicho...

MUY BUENO!!
Saludos.
Anahí Duzevich Bezoz

22 de julio de 2024, 18:26  
Blogger Silvia Susana Durruty ha dicho...

Qué hermoso tu poema Alicia!

25 de julio de 2024, 12:57  
Anonymous Margarita Soto Frossard ha dicho...

Hermoso Alicia, recorrí mi niñez!!!

30 de julio de 2024, 8:38  
Blogger Jime Cano ha dicho...

Bello, conmovedor, empático. Gracias

30 de julio de 2024, 13:33  

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