Poema de Walter Mondragón
LA SEMILLA DE EROS
Queda poco tiempo para escapar.
Cronos, ese titán, devorador de hijos
nos concita con sus fauces abiertas
desde el origen.
Sólo Rea, aquella diosa de la fecundidad,
puede salvarnos de sus dientes como zarpas
y caer con fugaz hilo de arena
que decanta su clepsidra.
Sólo ella puede restaurar nuestro linaje de
dioses
mientras estamos vivos y soñantes
y hacernos pares de sus hijos en el Olimpo;
la tierra es esa cima y es ella a un
tiempo.
En nombre suyo actúa el hijo de Afrodita y
de Ares,
el arquero rebelde que vuela disparando sus
flechas
caprichosamente, dotando de su semilla
divina
a sus fortuitos elegidos.
Quien recibe la herida de Eros (que no
sangra)
ya es inmortal:
No puede nada contra el amor el tiempo;
inconsútil es la morada de los amantes,
escapan al lugar de lo eterno.
© Walter Mondragón
Etiquetas: Walter Mondragón
1 comentarios:
Simiente divina! Bravo Mondragón! y con la hermosa ilustración de Gustavo.
Gracias! Saludo desde Córdoba, Alfredo Lemon
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