24/6/24

Poema de Ana Gervasio

 

 

CREDO

 

no creo en nada

salvo en el corazón de mi padre

que fue lo único de su cuerpo

capaz de convertirse en pájaro

y escapar de la tumba.

 

ya no creo en lo alguna vez creí

hay una herida abierta

por donde sangra la inocencia.

de vez en cuando cicatriza

hasta que la desgarra

un nuevo desconcierto.

 

no creo en nada.

salvo en una plaza que ruge la injusticia

en el abrazo de las compañeras y los compañeros

en las niñas y los niños que cantan victoria

 

no creo en nada más.

a veces mi credo  es un rosario de gestos.

jamás tuve la devoción de mi madre

aunque ella me enseñó a rezar.

rezo lo que creo.  en la ternura creo.

en la bondad. en las palabras que no mueren

en el fuego que arde en la rebelión de un pueblo.

 

ya no creo en nada. o en casi nada

salvo en la memoria que crece en el amparo

en el coraje detrás de una trinchera.

en el paisaje que  parece esfumarse de dolor

pero resiste  en un soplo de aire puro.

 

creo en las manos de mi hermana

que siembran la semilla del jazmín

en una tierra estéril

que niega los frutos, los ahoga  por siglos

hasta que un día el jazmín florece

prodigio que  perfuma la casa,

la sombra del ausente,

el mundo.

 

© Ana Gervasio

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