19/2/24

Poema de Marline Louisedith Gousse

 


Mi madre es de hierro y de sal.

No soy su hija,

no puedo con la fuerza bruta de su amor.

no puedo aún, soy pequeña.

 

Cuando me llama,

voy hacia ella por caminos empinados,

con frágil alegría, con mapas sin nombre,

y mochilas de oxígeno.

 

Ella me espera con una taza de té negro.

Enciende una vela, canta, invoca, enmudece.

Ha estado soñando y predice, no soy su hija:

no puedo con la lengua que me ha dado

no puedo con el cuerpo que me ha dado.

 

Me mira y ya estoy en ella.

Con avidez trepo por su pecho

y su leche de hierro y de sal,

me sacia el hambre, me quita la angustia

pero la palabra que no sale de su boca, hiere.

 

Madre, vine a decirte que cumplí,

que soy de carne, que soy lo que soy,

que amarte es un vicio, que te extraño.

Vine hasta tu casa madre,

y contra el filo del hierro, una última respiración,

sobre la blancura de la sal, la tierna sangre derramada.

 

Voy ahora por mi vida.

 

© Marline Louisedith Gousse

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4 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Muchísimas gracias Gustavo! Impresionante el trabajo que haces! ☺️

19 de febrero de 2024, 20:10  
Anonymous Susana de Iraola ha dicho...

Bellísimo poema!❤️

20 de febrero de 2024, 18:12  
Anonymous Lydia Helander ha dicho...

Buenísimo!!! Conmueve.

20 de febrero de 2024, 18:37  
Blogger MATINICO (Mati López) ha dicho...

¡Qué fuerte y qué hermoso!

24 de febrero de 2024, 17:18  

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