Poema de Irene Scalabrelli
Los hombres que amo
miran las cosas
como se adivinan los secretos
de guardar para siempre
cuando me encuentran
gritan piedra libre
y despliegan la risa
como se tienden manteles al sol.
Los hombres que amo
huelen a savia
en el pecho les rumora un árbol
en las manos
sostienen vuelos.
Los hombres que amo
se parecen al viento de las tardes
me mojan en sus lluvias
regalan flores
prometen pájaros
la alegría se derrama por sus caras
salpica las veredas
trepa por las piernas de las muchachas
duerme en sus vientres.
Los hombres que amo
tienen mansos los ojos y bellas las manos
parecen niños cuando sufren
los hombres que amo.
Ellos saben cuándo los espero
y de tanto en tanto vienen
a quedarse un par de noches
unos días, un verano.
Yo los ayudo a irse
cuando advierto que pierden la mirada
y después que se han ido
recupero el aliento
acomodo la casa
camino despacio sus pisadas
respiro hondo
y a veces, bailo.
© Irene Scalabrelli
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