20/5/22

Poema de Elena Garritani

 


 

Casa II

 

  Como un pierrot de Picasso con su familia de clown

  el viejo mundo suelta su carcajada absurda

sobreviviendo en la habitación donde escribo

para develar lo que esconden los pliegues rotos

del empapelado entre palabras hartas de ahogarse

en el tedio de cerrar las puertas, de acercarse tácitas

y nocturnas preguntándome dónde están

los que movían las agujas del verano, 

las aguas del tiempo, el bullicio que salpicaba la noche.

La mujer corregía mitos y leyendas, el marido subrayaba

el prestigio de las costumbres.

Daban de beber de acariciar de encender a los hijos.

A media mañana un rayo de sol cruzaba del jardín

a la sala a través del vitraux.

  Hubo noches en que las radiantes metáforas del vino

colmaban la boca entre las lenguas silenciosas

de la casa.

Abuelas que fueron y vinieron con juguetes repitiendo cuentas de multiplicar, paseos a la plaza,

canciones de cuna.

Cuando el último grito de octubre horadó el espacio

la casa canceló el aljibe, los canteros, las mayólicas,

la fuentecita de agua, el almuerzo en familia,

el sabor a merienda.

Mostró, entonces, su verdad desnuda 

mutando en cada voz, en cada cuerpo.

Sus paredes descascaradas, su voz áspera

sin gárgaras de almíbar, su frío polvillo entre los dientes,

su espejo que no ve aún nos mira con el ojo en la subasta.

El piano rodó sobre la alfombra amarilla del asfalto,

remolcado por brazos mercenarios.

Dolía la música en la madera silenciosa.

Ya no veré sus ojeras pálidas, su desleído maquillaje

de loca que envejece sosteniendo en los labios

la colilla desdentada de un cigarro.

Ocultando su incierto temblor de primorosa piedra

forjada en la oquedad del espacio.

Otro cielo amotinado caerá sobre su techo,

bajará escaleras, encenderá los leños, se enredará en la muerte

y en la vida. Auguro volverá a peligrar su resurgir airoso.

Subimos y bajamos las mismas escaleras arrastrando el cielo el sol la primavera.

Sin indulgencia, el tiempo.

 

© Elena Garritani    

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1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Me encantó, desde cómo comienza hasta cómo termina. Te engancha desde la primera estrofa y sigue... Gracias Elena. Alfredo Lemon

20 de mayo de 2022, 13:34  

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