11/4/22

Poema de Camila Charry Noriega

 


Fuego de los días

 

De espera en espera consumimos nuestra vida.

Epicuro

 

Por acá todo es casi fuego a diario,

el perro olfatea en la cocina

las cenizas de la luz;

eso es la desaparición

la ausencia de la lengua sobre el pan,

los ojos que desean lo que se hunde

en el misterio del mundo.

 

Yo no sé si es bueno nombrar,

yo no sé,

pero a veces

cuando amenaza el fuego lo más elemental,

uno se pregunta si de esa manera debe ser todo.

 

En la cocina

la tetera canta exasperada

y el olor a hierro quemado es el único vestigio

de un agua seca y reseca,

inexistente 

entre el fondo negro de la olla.

 

Otro día es un cigarro que encuentra entre silbidos

el blanco corazón de la colilla que se ahoga,

allí el fuego es pasado,

certeza limpia.

 

Así también pasa con el cuerpo

y uno sigue preguntándose

qué lo quemará:

una enfermedad en los pulmones,

un carcinoma,

un balazo, una traición.

 

Quién sabe qué extraño fuego

acabe esta espera.

 

© Camila Charry Noriega

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