9/1/22

Poema de Hernán Jaeggi

 


 

Desde niño supe

lo que era tragarse

el sapo.

Sin asco

ahogando el gemido

de esa esponja

que brama.

Por cada sapo

tragado,

poética figura

de una ejercitada

virtud

-la de tragar-

recibía una

moneda

de cinco

centavos.

 

Esos cinco

centavos

eran mi entrada

a la selva de Tarzán

o al planeta Mongo.

 

¡Madre mía, qué feliz

se puede ser con

cinco centavos!

 

© Hernán Jaeggi

Etiquetas:

5 comentarios:

Blogger Leonor Mauvecin ha dicho...

Muy bueno querido Hernán

10 de enero de 2022, 10:03  
Blogger Mirta Venezia ha dicho...

Entrañable !!!!

12 de enero de 2022, 18:20  
Blogger norma ha dicho...

Fuerte. Bello.

15 de enero de 2022, 20:06  
Blogger Jorge Luis Carranza ha dicho...

Belleza y verdad ... late el poema. Gracias...

16 de enero de 2022, 11:50  
Blogger claudia tejeda ha dicho...

el precio de ser feliz, la recompensa por tragar, tantos ángulos tiene este poema.
Gracias Hernán.

un abrazo
Claudia

20 de enero de 2022, 11:09  

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