3/3/21

Poema de Estela Zanlungo

  


La presa

 

El gato acaba de llevarse

a la paloma entre los dientes.

 

Su amor de carne blanca se irá saciando

a medida que horade

la seda de la pluma que envuelve el corazón.

 

Nosotras, la jardinera y yo,

sólo atinamos a gritar

antes de hacer el ademán inverosímil

de disuadirlo

con esa lentitud de las estatuas

postradas en el sueño.

 

Volvamos al principio,

la mujer y su gato, cada uno en lo suyo. Ella

que se retira el pelo de la cara,

mi ojo atrás del ventanal

del gato que se lame

al gesto de la mano sucia de barro.

 

¿Qué fue primero,

el estallido del pecho contra la trampa de los vidrios,

la confianza del pájaro sesgada por la luz

de la hora del ángel

que desdibuja los contornos?

 

Querida, en el mínimo cielo de tu patio

pasan las mismas cosas

que en el vasto universo,

sólo que la distancia

mitiga las secuelas de la ferocidad.

 

© Estela Zanlungo

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5 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Muy buena descripción, muy bien escrito. Inquiere y punza con interrogaciones poéticas profundas. Alfredo Lemon

4 de marzo de 2021, 10:59  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Este poema no quiere ser metafórico aunque desliza al simbolismo en su primera parte, en el fondo nos revela nuestra propia crueldad. Si no hacemos nada ante el gato que hiere la paloma, y luego en el recuento, cuando adoptamos la visión objetiva del analista nos seduce la idea de considerar la universalidad de lo que pasa en el propio patio, de lo ineluctable, ante lo cual nada podemos oponer.

Me parece muy bien traído.
Gracias,
W.M.

6 de marzo de 2021, 12:58  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Qué hermoso poema Estela. La cercanía acrecienta el horror. Graciela Mitre

6 de marzo de 2021, 13:25  
Blogger Estela Zanlungo ha dicho...

Gracias por la difusión, Gus!

6 de marzo de 2021, 13:28  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Un poema que a partir de un hecho cotidiano y concreto, nos lleva a varias interpretaciones, a mi la seda de las alas y la carne blanca me llevó a imaginar la trata de blancas, el abuso contra la mujer, en fin, entre otras cosas y al final...¿qué hacemos ante esto? ¿cuál es el gesto, más allá de despejar el cabello en nuestra cara? He ahí lo más importante.
Un abrazo
Juany Rojas

13 de marzo de 2021, 17:06  

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