26/2/21

Poema de María Ángeles Pérez López

 


La mujer es un bello, implacable animal

que se pinta con nieve el corazón.

Una osezna que hiberna largamente

pero pare a sus crías en el frío,

un animal feroz, sobrepasado

por su propia pasión, temperatura

que derrite la escarcha y los desaires.

 

Mientras el oso duerme, merodea,

mastica con desgana los recuerdos

y rebaja su tasa metabólica,

ella desgasta el tiempo del glaciar

como hielo que vive su rotura,

su estallido feliz, cristalográfico

que le devuelve el modo más flexible

y líquido, también nombrado amor

o arroyo que le corre por las patas

y hace bajar al hijo, a los oseznos

hasta el suelo en que habrán de levantarse.

Entonces toma nieve y se calienta

el corazón blanquísimo y ardiendo

en su aterida cueva silenciosa.

 

A nada temerá, con sus dos manos

arranca sus criaturas, sus pesares,

baja vida caliente de sus ingles,

de sus huesos inmensos y esponjosos

que se abren con dolor mientras hiberna.

Las lágrimas de esfuerzo y de alegría

pintan de sal su pelo entumecido

y al caer sobre el hielo lo disuelven.

 

Con el perfecto blanco sobre blanco,

la floración arisca del invierno

reverdece al igual que la mujer.

 

© María Ángeles Pérez López

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4 comentarios:

Blogger Norberto Mario Barleand ha dicho...

que hermoso Maria Angeles encontrarte en el blog y tu excelente poema con un bello y sentido desarrollo y un excelente remate Felicitaciones un cariño

27 de febrero de 2021, 19:24  
Blogger Esther Pagano Merkert ha dicho...

Excelente poema María de los Ángeles!!! Hermosísimas imágenes comparativas ❤❤❤

27 de febrero de 2021, 20:26  
Blogger Adela ha dicho...

Muy significativas imágenes!

28 de febrero de 2021, 2:48  
Blogger María Sonia Quevedo Hoyos ha dicho...

A pesar, o con el favor del frío...
Magnifica visión de sentimiento y fuerza, de decisión y entrega.

2 de marzo de 2021, 14:25  

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