Creer en un cuerpo
Desde una vidriera
cinco maniquíes soportan la desnudez
con ojos descascarados.
Recuerdo una iglesia en Brasil
la gente alquilaba una pierna de plástico
o un torso o un brazo
según su malestar
y la parte dolida se colgaba del techo
con un mensaje de esperanza.
Pagaban por un milagro.
Tensamos el hilo del dolor
con tres, cuatro palabras
olvidamos que el plástico
no es carne.
Vaciamos la herida en miembros vacíos.
Ya no quiero ver restos
suspendidos sobre nuestra cabeza
chocando entre sí
como si hablaran.
La puerta espera ancha y callada.
Adentro
vaivén de piernas y brazos
ruido hueco.
En la noche que oscila
mi cuerpo pesa
tan poco.
© Washington Atencio
Muy sugerente y esplendente Washington. Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarUn poema impresionante. Gracias Washington. Abrazo Gus.
ResponderEliminarhermoso leerte en cada oportunidad
ResponderEliminar"Vaciamos la herida en miembros vacíos" muy bueno tu poema Washington... qué espejo de las miserias humanas!!!
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