Abro la puerta y el olor de mamá/
deambula
flores deslucidas en la pesadumbre/
de la tarde.
Una singular manera de dejar rastro
a medida que la enfermedad iba desnudando
su voz de papel gastado/
pequeña/
desde el suelo/ la que mentía/ detrás
de las cosas/ el ahogo
con su cardumen de avemarías en cruces de alcohol y pena / y sed/
casi infantil la repetición despótica
de aquel gesto roto
cerca del corazón.
Así desgajada
flor artificial entre diminutos agujeros de mármol/
en agua de cementerio
quedó
la luz de sus ojos.
Giro entonces la llave en la cerradura
de la puerta de calle/
¿En este olor /
en el deshojamiento de las flores/
en la oscuridad /
agonizan
palabras
todavía?
© Inés Legarreta
Hermoso
ResponderEliminarHermoso! Como un agua fluyente de nostalgia. Sensorial. Olor de la palabra que traspasa el poema. Alfredo Lemon
ResponderEliminarGracias, Elsa, y abrazo. Inés.
ResponderEliminarAy!!! Belleza intensa ♥
ResponderEliminarConmovedor tu poema Inés me encantó
ResponderEliminarBello y doloroso❣
ResponderEliminarMe conmovió la estrofa que comienza por "Así desgajada...",la más bella del poema.
ResponderEliminarQuerida Inés. Vuelve un perfume sin rastros. Quedaron palabras detrás de la puerta. Hermoso tu poema. Felicitaciones con abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, queridos amigas y amigos,por los comentarios. Como lo han notado, es un poema dedicado a la muerte de mi madre y su recuerdo cada vez que iba a la casa paterna. Abrazo enorme. Y especial abrazo para vos, Gustavo, que con tanta emoción y justeza lo leíste este sábado que pasó. Abrazo a todos/as. Inés.
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