19/10/20

Poema de Juan Fernando García

  


 

Luego, un ojo del mirar. Otro del ver

Claudia Schvartz

 

Paseábamos por el barrio chino

mientras repetías hasta el cansancio el poema

que había leído en el restaurante.

Te gustaban tanto esos versos como el nombre del lugar

donde habíamos almorzado. De la tristeza, el poema.

“Todos contentos”, sobre Arribeños. El mismo té rojo

nos llevó  a una tarde feliz.

Tu casa daba a una interminable estación

donde deseaba morar para siempre.

Compartimos todo lo que nos era posible: unos libros

que marcábamos con distintos colores

para no confundirnos

(el momento más pleno era cuando las líneas coincidían);

el gusto por el cine francés y el jabón de glicerina;

los desayunos del domingo, llorar escuchando a la Chavela.

La vida en esos tiempos era una línea de luz.

Me había enamorado de tus ojos,

como si en el ambarino cuadro de tu rostro

la dicha me estuviera asegurada.

© Juan Fernando García

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4 comentarios:

Anonymous susana szwarc ha dicho...

Precioso! abrazo grande.

19 de octubre de 2020, 16:16  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Magnífica escritura de una nostalgia o un grato recuerdo de amor. Celebración! Alfredo Lemon desde Córdoba

19 de octubre de 2020, 19:35  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hermoso.
Verónica M. Capellino

21 de octubre de 2020, 10:22  
Anonymous Anónimo ha dicho...

momento de vida plena en tus palabras y un final que aplaudo. susana zazzetti.

21 de octubre de 2020, 11:12  

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