8/7/20

Poema de Luciana Ravazzani


  

En mi infancia una melancolía se me acercó,
me dijo que iba a soportarla mejor
cuando llegara a la adultez y tuvo razón,
en ese entonces no tenía armas,
sólo los ojos, largas horas de sueño, ciertas dependencias satisfechas a medias.
Para todo iba a ser la primera vez.
Aprendía velozmente y dolía enseguida también.
Hay quienes no se cruzan con la melancolía en la niñez,
por eso sólo se acuerdan de los descubrimientos buenos,
la melancolía se les retrasó.
Es fácil darse cuenta:
ellos sonríen de otra manera.

© Luciana Ravazzani

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2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

En todo poema hay espacio para la melancolía decía Rilke. Lo interesante es como bien lo indicas en el tuyo, Luciana, darse cuenta y trasmutarlo en palabras y sentires de belleza. Alfredo Lemon

9 de julio de 2020, 11:02  
Blogger Silvina Vuckovic ha dicho...

Hermoso

31 de julio de 2020, 19:30  

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