12/6/20

Graciela Perosio recuerda a Pedro Salinas



A la noche se empiezan 
a encender las preguntas. 
Las hay distantes, quietas, 
inmensas, como astros: 
preguntan desde allí 
siempre 
lo mismo: cómo eres. 
Otras, 
fugaces y menudas, 
querrían saber cosas 
leves de ti y exactas: 
medidas 
de tus zapatos, nombre 
de la esquina del mundo 
donde me esperarías. 
Tú no las puedes ver, 
pero tienes el sueño 
cercado todo él 
por interrogaciones 
mías. 
Y acaso alguna vez 
tú, soñando, dirás 
que sí, que no, respuestas 
de azar y de milagro 
a preguntas que ignoras, 
que no ves, que no sabes. 
Porque no sabes nada; 
y cuando te despiertas, 
ellas se esconden, ya 

invisibles, se apagan. 
Y seguirás viviendo 
alegre, sin saber 
que en media vida tuya 
estás siempre cercada 
de ansias, de afán, de anhelos, 
sin cesar preguntándote 
eso que tú no ves 
ni puedes contestar.

© Pedro Salinas

  

lo que no cierra 
lo faltante 
la finitud 
y también el anillo perfecto 
lo que excede –o la gracia- 
lo perdurable 
todo se imbrica en la única vivencia 
y arde 
como constelación terrena 
susceptible de podredumbre 
de pasado 
de miedo y llanto 
y trueque

hay que aceptarlo todo 
(se dice) 
¿pero de veras todo? (piensa ella) 
aunque el asco

© Graciela Perosio

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2 comentarios:

Anonymous Beatriz Minichillo ha dicho...

Amo a Pedro Salinas

12 de junio de 2020, 22:21  
Blogger santicefiro ha dicho...

Ambos poemas excelente Pedro Salinas uno de mis favoritos de siempre. Bravo.

15 de junio de 2020, 19:55  

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