17/6/20

Fernando kosiak recuerda a Stella Berduc





Canto al río Paraná

Porque a mí me mintieron geografías
no quiero creer que en el Brasil nacieras,
rodeado de verdores y misterios
entre obscenas orquídeas, musgos y enredaderas.
Me naciste aquí dentro
en el preciso instante en que mis ojos
se preñaron de esta tierra.
Porque te siento mío, por saberme tu dueña
es que entiendo tu historia
la de tus crímenes, la de tu belleza.
Tu hipocresía de cambiantes tonos
del rosa al negro, o al marrón violeta.
A veces me pareces una chica sonrojada y modesta
y otras en tus derrames de crepúsculos
la sangrienta ramera.
En un atardecer de turbación y espuma
toqué tu comunión con las estrellas
y tus garras ignotas en anzuelos
curva de engaños, en tu mentira inmensa.
Tus ahogados, hijos de las tormentas
con que perversamente te alimentas
en las vidas de un limo tumultuoso
que no se muestran.
Tus heladas, tu fiera madrugada
y la limpia navaja de las velas
cortando el aire helado del ambiente
para alumbrar las islas, las arterias
cuando viene esa loca desde el norte
montada en su potranca de tormenta
enjoyada en suntuosas lampalaguas
que te cubre las lúbricas caderas,
tapándose los pechos espumosos
con verdes camalotes y dos victorias regias.
Trae esa boca enorme que al abrirse
devora las ranchadas que la esperan.
¿Cómo piensas que pueda perdonarte
esa crueldad eterna?
¿Cómo, si no naciendo de mi carne
pueda yo atesorar lo que no muestras?
Seductor en las noches encendidas
preñada de luciérnagas
encantador de seres que no dejan de sufrir
en tus islas traicioneras.
¿Qué cosas les prometes en voz baja
para que no te escuchen las estrellas
cuando viene la loca dando gritos
y arrastra sus viviendas?
Ellos vuelven. Están hipnotizados
por tu lengua barrosa de tormentas.
Como una amante de pródigas caricias y de engaños
en fábulas morenas
no te puede dejar quien ha probado
tus manos limosas bajo la luna inmensa.
Porque fue el hondo semen de tu barro
igual que Dios el que me hiciera hembra,
moriré en tus crecientes cada invierno
para volver a amarte en primavera.

© Stella Berduc



Sauce

Cómo hacer para que un te amo sean más que palabras
más que cántaro vacío,
cómo hacer que tenga la suavidad de una caricia
capaz de erizar las hojas de los sauces

las abuelas machacaban esas hojas
las hervían y el té disolvía los dolores de cabeza

arrancaban las hojas de las ramas lloradas de la orilla del río
de las finas ramas verticales, las arrancaban
esquivando la cortina verde, las arrancaban
hojas como lágrimas
hojas para calmar el dolor

en primavera las abuelas jamás tocaban las flores del sauce
había algo mágico en ellas
un alivio entre las hojas

a veces las lágrimas brillan como las flores
a veces hay que esperar a que llegue el otoño
que toda lágrima desaparezca
que cada rama se quede desnuda, vacía
hasta que todo vuelva a crecer.

© Fernando Kosiak

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1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Qué bueno, he aquí dos excelentes exponentes de la poesía entrerriana, herederos de la tradición de Juan Laurentino Ortiz, Carlos Mastronardi, Alfredo Veiravé... En homenaje a Stella Berduc quisiera transcribir un breve poema que leí en la Antología Federal de Poesía (Región Centro), "Corazón silente": "Hago el amor/ con el magnífico/ que te habita. /No le hagas ruido con el corazón (Puede asustarse)". Y a vos Fernando, felicitarte por tu Premio Fray Mocho 2018 según leí en la Web y por este poema que demuestra tu talento con palabras precisas de tono sugerente: "que cada rama se quede desnuda, vacía/ hasta que todo vuelva a crecer". Alfredo Lemon desde Córdoba

18 de junio de 2020, 11:56  

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