17/6/20

Patricio Emilio Torne recuerda a Marcelo Torelli



ULISES

Y en la grave proa, el leve respirar
del que se piensa distante en la llanura.
Atrás quedó Itaca,
el fiel Argos, el arco destensado
y la hilandera
haciendo un simulacro de lo eterno.
Aquí el color de la espuma
es el canto de las sirenas
tapado por la cera.
Cegarás y el que te soñará
será también un ciego;
tal es su destino.
Y cruzarás un círculo infinito;
porque el que cierra el círculo
lo empieza.

© Marcelo Torelli
Córdoba 1964 / 1988



TODO SE DEGRADA

Las cosas se degradan, paulatinamente se encaminan a un final de cenizas, de humo, o de olvido. Las figuras que alguna vez amaste se degradan, no importa qué lugar ocupan en la memoria, o el corazón, su destino ha sido inevitable. Quizá quede un resquicio de ellos para que el historiador, el  antropólogo, haga su ensayo, aunque es excepcional y con las especulaciones no alcanza. El final es más terrible de lo que son capaces de pensar los degradados. Están los que a sabiendas, no más que por la gloria, se degradan, pero no ha de servirles, más temprano que tarde ya serán despreciados por la memoria, absolutamente degradados.  Habrán sido periodistas, dirigentes, cantautores, cadetes de poca monta, patrones, asalariados, o simplemente tipos a los que se confundieron con señores. Ese final, como un pozo infinito donde alguna vez (nunca es seguro), alguien dejará caer su mirada para confirmar que todo se degrada. Un final de cenizas, de humo, o de olvido.

© Patricio Emilio Torne

Etiquetas:

5 comentarios:

Blogger santicefiro ha dicho...

Excelente ambos poemas. Bravo

17 de junio de 2020, 16:39  
Blogger Mercedes Raquel ha dicho...

Una belleza absoluta, gracias por compartir su pluma!

17 de junio de 2020, 17:39  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Gracias Patricio por traer a este blog generoso el recuerdo de nuestro querido Marcelo Torelli, "El mago". Y debo confesar que cuando en el atardecer de esta "noventena" que transitamos, hoy entré a comentar y lo primero que ví es su foto, me emocioné y me quebré...mañana...perdón

17 de junio de 2020, 18:57  
Blogger María Sonia Quevedo Hoyos ha dicho...

Marcelo Torelli: Principio y fin. El punto.

Patricio Emilio Torne: Sí, aquel final y olvido del que no se escapa.
Realismo.

17 de junio de 2020, 19:17  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola buen día, ahora sí puedo decir unas palabras en recuerdo de Marcelo Torelli (4/9/1964- 24/11/1988). Vivió apenas 24 años, dejó dos libros que no alcanzó a ver publicados "El mago" y "Bitácora del sueño" (Poesía reunida, Ed. Argos,2017). Julio Castellanos, lúcido poeta y docente de la Universidad Nacional de Córdoba dijo de él: "Extraña a toda facilidad meramente fónica, honda y entrañable, su poesía es uno de los aportes más importantes a la lírica cordobesa de los últimos años. Más allá del desgarro y del estremecimiento ante lo inexorable de la finitud, más allá de las reiteraciones isotópicas de la muerte creciente, en su escritura navega una concepción poética abrazada al pensamiento. Es un poeta de pensamiento que de alguna manera se inserta en la zona de los referentes fundados en el imaginario literario y en el bosque simbólico del que se alimenta la escritura en Occidente, como los temas griegos y la tradición hebrea. Se desplaza por carriles sólidos: los de una palabra marcada como huella y manifestación de una idea o realidad, de mundo.". También Carlos Garro Aguilar, autor prestigioso, con ojo filosófico refirió: "aflora en su escritura, como un sello implacable, la presencia del horror. Pero esta sombra a veces es relegada y emergen los textos, los relámpagos que deja esa batalla y que muestran cómo la vida que late en el cuerpo, en la conciencia, se enfrenta con lo otro de él mismo".
Fue un gran lector y un gran amigo.
"Fui, soy, seré, negro, blanco, rojo, humo entre la niebla, ceniza a la hora del crepúsculo". Bravo hermanito, te abrazo inmenso en tu cielo!
Y fijate vos, Patricio, qué enlazadas se encuentran esos últimos versos que transcribí, con el final de tu magnífico poema en prosa reflexiva. Cuando lúcidamente señalas: "como un pozo infinito donde alguna vez (nunca es seguro), alguien dejará caer su mirada para confirmar que todo se degrada. Un final de cenizas, de humo,o de olvido". Gracias Patricio por tu densidad conceptual y por tu percepción sensible de siempre. Saludo afectuoso desde Córdoba, Alfredo Lemon

18 de junio de 2020, 10:07  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio