10/6/20

Daniel Rafalovich recuerda a Leopoldo Marechal



Del amor navegante

Porque no está el Amado en el Amante
Ni el Amante reposa en el Amado,
Tiende Amor su velamen castigado
Y afronta el ceño de la mar tonante.

Llora el Amor en su navío errante
Y a la tormenta libra su cuidado,
Porque son dos: Amante desterrado
Y Amado con perfil de navegante.

Si fuesen uno, Amor, no existiría
Ni llanto ni bajel ni lejanía,
Sino la beatitud de la azucena.

¡Oh amor sin remo, en la Unidad gozosa!
¡Oh círculo apretado de la rosa!
Con el número Dos nace la pena.

© Leopoldo Marechal




NIÑO, DE PIE...

Niño, de pie,
sobre la escalera de caracol,
asomado al ventanuco.
Cae el sol;
las chapas incandescentes de los techos
comienzan a contraerse.
Decenas de gatos
de miradas esquivas
y pelajes raleados
acuden al rito.
La sombra del tanque de agua
semeja una almena derribada.
El niño, múltiple la mirada
y la fascinación,
en puntas de pie,
atisba el hueco de la escalera.
Luego, otra vez, la pequeña ventana.
Y declara abolidas
la insoluble realidad
y sus rutinarias perspectivas.

© Daniel Rafalovich

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3 comentarios:

Anonymous Pauli ha dicho...

Me encantó el soneto de Marechal.Y toda la fantasía de los niños en tu poema...

13 de junio de 2020, 11:41  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Poema antológico de Marechal! Al releerlo se me presenta como la fragmentación y la separatividad de los amantes, el sino de su incompletud, su expulsión del paraíso.Y tu poema Daniel, muy sugerente, me lleva a reflejarme en la mirada del niño que mira al gato que a su vez son muchos gatos mirando al niño en ese instante hipnótico donde la realidad se desvanece y deja paso a la pura imaginación de la belleza. Alfredo Lemon desde Córdoba

14 de junio de 2020, 12:57  
Anonymous Daniel ha dicho...

Muchas gracias

12 de julio de 2020, 16:21  

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