Daniel Arias recuerda a Emilse Anzoategui
“La
madre del agua
viene y se va
calibrando la anchura del cielo
despierta un juego
capaz de señales.
Un hombre de silencio abierto
sonríe en su barba
de pájaros muertos
y llaves perdidas.
El esta dond a veces
sueño que me ríe
y es el único lugar
donde su tiempo es
un lugar tan inconcreto
como un abrazo de lunas
arenas esperando
árboles mirándonos
El hombre sonríe en su mirada
con complicidad
casi nocturna.
La madre del agua
viene y se va.”
© Emilse Anzoategui
No perturbe el aire esta calle sangrada de
ocres
mientras espero tu mansa boca de geranios.
La ciudad
entrega la noche en medio de los
párpados
y cuento las luces que brillan en el reino.
No te acompaña un sueño
solo un ritual de palabras ahora que la
vida es un rio.
aunque un pájaro negro teja los escombros
del ocaso
Asi la noche comienza
como la mano que nos dejó caer,
como si el árbol acariciara las hojas del
otoño
hasta el suelo.
© Daniel Arias
Etiquetas: Daniel Arias
2 comentarios:
Qué bueno Daniel que hayas recordado a Anzoátegui. Y como siempre tu poema, muy bueno. Abrazo
te agradezco de corazon tu gentileza Gus, muchas felicidades!!!
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