7/6/20

María del Carmen Barrionuevo recuerda a Roberto Mallea


 

Resiembra

He reparado en la inútil desidia de la nada,
eso de dejarse invadir por la cómoda inacción de la indiferencia.
He comprobado que de todo lo sentido y hecho desde entonces
el noventa por ciento es ordinario.
Mohosas pelusas resultantes del desdén y el abandono.
Panzona contemplación del rosario incontrastable de mis heridas.
Sólo una pequeña parte en el haber queda a salvo
de la patética recopilación de mis desgracias.
Creo que es hora de renovar el aire.
Buscar en el fondo de mi alforja
las cuatro o cinco semillas que aún me quedan
y en vez de llorar sobre el terreno yermo que me dejaste,
dedicarme a buscar otro espacio
donde intentar resembrar.
Debo derribar los canceles que hasta hoy me limitaron.
No importa el tiempo que me lleve el hacerlo.
Trataré de encontrar un nuevo surco
para volver a honrar la utopía de mi simiente,
entre el desierto y el orifonfo.

© Roberto Mallea




A Roberto Mallea

Entre el mar y el desierto
una mortaja de pitojuanes
acompaña tu partida.

A tus espaldas
una luz mortecina
sobre letras flageladas.

En tu horizonte un surco.
Tus cuatro o cinco semillas
caen en el sendero angelado.

Los pájaros -¡libres al fin!-
te vuelan hacia las voces
susurrantes del destino. 

© María del Carmen Barrionuevo

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1 comentarios:

Blogger María Emma ha dicho...

Maravilloso escritor y poeta, con un fino sentido del humor. Excelente persona. Merece ser reconocido. Gracias

7 de junio de 2020, 16:26  

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