15/5/20

Poema de Cristina Ramb





Las Ramonas 

La Ramona entibiaba agua en la pava grande 
llenaba  la vieja fuente enlozada 
metía mis manos 
era una caricia de jabón entre las suyas 
después con agua limpia se iban los restos de la espuma. 
Buscaba el frasco de vidrio de la Diadermina 
comprada suelta en la farmacia 
entonces curaba mis manos paspadas de frío 
de andar jugando con tierra en el invierno. 
Un ritual sanador del cariño y la infancia con poca cosa. 
Después a comer, 
”- el plato vacío sino no hay postre”, sentenciaba. 
Invierno de pulóver sobre pulóver para la escuela. 
Soñaba entonces un tiempo de veranos 
cuando yo fuera grande, la vieja pava, ya no haría falta 
y todas las Ramonas del barrio 
tendrían una estufa para ahuyentar heladas 
y esa tos recurrente, y ese invierno tan largo 
para el que no espera nada. 
El tiempo pasa rápido 
se ha ido la infancia, la Ramona, la casa del barrio. 
Pienso y me miro las cansadas manos 
dentro de la toalla blanca

© Cristina Ramb

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2 comentarios:

Blogger Silvina Vuckovic ha dicho...

La imagen final me resulta de una grandeza extraordinaria.

18 de mayo de 2020, 11:06  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Bravo Cris! Querida y admirada poeta! Salud! por tu bendita sed! Abrazo grande! Alfredo Lemon

20 de mayo de 2020, 18:42  

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