CALENDARIO
El
calendario respira sin páginas, sin números. Late el instante del ahora, del
antes, del después; los registros de lo que queda, de lo que se ha ido, lo que
nacerá por siempre pasajero. Los mismos y diversos, ningún feriado, todos los
trabajos del azar y de las parcas; un cúmulo inconcluso y cíclico, un
destiempo. Sin embargo, en este calendario está la hora de la meta en el recodo
de la sombra, la que imanta mi destino; el solapado símbolo como réplica del
Zahir, la paga de los días, el último estertor, el primer grito, un beso
escarnecido y solo, las palabras del umbroso mundo mecidas de noche y de
estrella, y la copa oscura -ya exangüe-, bebida ella por el fondo del abismo,
embriagando soledades.
© Clarisa Ollivier
Clarisa, cada vez que te leo, recuerdo el lugar mediumnico atribuido al poeta. Y sobre todo, disfruto de tu palabra. Hermoso y profundo poema. Gracias. Abrazo grande!Damian Katz
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