La flor
entera que te di la rompí. Era nuestra estrella carmesí.
Fue sin
querer, te dije, y me alejé de tu boca como una abeja.
¿Pero quién
quiere una flor intacta y ningún beso?
Todavía
tengo pétalos aplastados en mi puño.
© Timoteo Rinaldi
Simbólico, esa flor violentada...
ResponderEliminarEmocionante y con un final contundente y magnífico en sorpresa y musicalidad. "Todavía tengo pétalos aplastados en mi puño". Bravo! Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarel poema es profusamente metáforico, casi que funda una estética, y en ese sentido es grande, ahora por su expresividad en la forma resulta un tris difícil, pero logra traducir la sensación de aceptado goce y abandono a la vez en que se halla el poeta.
ResponderEliminarbastante original
W.M.
Un poema con un verso final muy logrado.
ResponderEliminarAna Romano