22/3/20

Poema de Timoteo Rinaldi



Eran verdes las hojas que caían 

I

Fue tan suave que pareció una sábana la hoja que te cayó en la rodilla. Como si quisiera darte calor.
Dijiste tengo frío apenas la saqué, pero no puse mi mano. A veces soy muy tonto.
Fue solo en el agujero pequeño del centro de la hoja que te vi acercándote.
Primero, verde y celeste: un ojo o un cielo.
Después, verde y rojo: tu boca como un manantial.

Puse mi mano en tu rodilla y ya no vi nada más.


© Timoteo Rinaldi

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6 comentarios:

Blogger Gus... ha dicho...

Bienvenido Timoteo a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, un abz, Gus.

22 de marzo de 2020, 20:54  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Gracias a difundir y apoyar a las nuevas generaciones de poetas. Saludos desde Florida

22 de marzo de 2020, 21:17  
Blogger irepoesia@gmail.com ha dicho...

Qué hermosísimo poema de amor, sugerente, unido al florecer de la naturaleza. Lo disfruté mucho
Irene Marks

23 de marzo de 2020, 18:43  
Anonymous Anónimo ha dicho...

me fascina esta delicadeza que sugiere! susana zazzetti.

23 de marzo de 2020, 22:47  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Timoteo: gracias por compartir este poema!!!
Bienvenido a la poesía!
Tere Vaccaro.

28 de marzo de 2020, 14:45  
Blogger Ana Romano ha dicho...

Un poemas sutil y bien logrado.
Abrazo Ana Romano.

29 de marzo de 2020, 11:49  

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