ELEGÍA
Era verano
entonces
y en
piadoso ademán
acaso
florecía el agapanto,
pero tus
ojos, madre,
yacentes en
un pozo de penuria,
eran sólo
un rumor,
un río
seco,
cuencos de
oscuridad y de agonía
en los
lerdos instantes con que el tiempo
iba
cargando muerte sobre muerte.
Tiritaba tu
sangre deseosa de la vida
y había que
partir porque era invierno
en tu
antigua mirada, en tu clepsidra
aunque el
sol arreciara sobre los verdes brotes
tan bien
amanecidos, tan eternos
como el
viento, la lluvia y las arenas.
No querías
partir,
y no
mientras la vida temblorosa
levantara
frutales con voluntad de acero,
cargara sus
ramajes de sagrados verdores
y aun
cuando el otoño prometiera
el limo
amarillento y la hojarasca.
No querías
partir
pero la
vida, madre, es forastera
cuando se
lleva a cuestas
la frágil
osamenta de lo humano.
No querías
partir.
Yo he
surcado contigo las aguas de la Estigia
y aunque
enero amanece con su cauce de soles
y vuelven a
ver la luz los agapantos
así de
indiferentes
será tan
sólo un eco de cosas que han ardido.
© Silvia Long-Ohni
Foto Gustavo Tisocco
Bello y tremendo poema... Estremece y arruga el alma por lo hermoso y lo terrible. Un abrazo enorme Silvia. Gracias por compartirlo Gus ❤️
ResponderEliminarHermoso poema Silvia, siempre es un placer leerte. Felicitaciones Gustavo por la publicación!!!
ResponderEliminarEntrañable!
ResponderEliminarEntrañable !
ResponderEliminarQué bueno que esa forastera te traiga hasta aquí,Silvia , para nuestro deleite poético .Poemazo para leer releer.Ta abrazo 😘
ResponderEliminarBello y conmovedor. Abrazo
ResponderEliminarTriste pero hermoso poema, maravillosa forma de escribir. Saludos
ResponderEliminarPatricia Corrales
TREMENDO POEMA, SILVIA, HAS LOGRADO QUE CADA PALABRA ME DUELA EN EL CUERPO Y EL ALMA. BIENVENIDA!
ResponderEliminarProfundo, sentido y con la excelencia que te caracteriza. Un cariño
ResponderEliminarNegarse restauración o esperanza. Un abrazote fuerte Silvia.
ResponderEliminarGracias Silvia. Las madres no queremos partir.
ResponderEliminarEso es cierto.
Tu poema conmueve. Es infinito.