22/3/19

Poema de Mónica Aramendi





No me pienso en otro mundo.
Cabe la sonrisa
en un espejo de luna amarilla.
Surcos endebles de luz
sembrados en la frente
como trigal maduro.
Manos ajadas por la ternura de la tierra.
Sucia de años sudorosos
que ninguna lágrima podrá enjuagar.
Sucia de aves en los hombros
y ocasos en la raíz crecida en los pies.
Sucia de belleza de ojos.
Miro al horizonte que despinta noches
y lluvias y osadías.
No hay otro paisaje en el retrato del espejo.
Cada día dibujo una novedad.
Ignoro las miradas sin paisajes,
los paisajes sin fecundar.

© Mónica Aramendi

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