21/3/19

Texto de Patricio Emilio Torne





TIPOS QUE ESCRIBEN POEMAS PERFECTOS

Conozco algunos tipos que escriben a la perfección. Es difícil dar con sus escritos, porque resguardan la intimidad de su escritura, como las viejas tías ocultando el toque con el que saborizaban definitivamente sus platos más codiciados en la familia. Pero claro, lo que hacen es mucho mejor que un plato de sabrosa comida. Estos tipos escriben poemas, poemas perfectos. Tan perfectos que ni siquiera emocionan. Pero, si por una de esas casualidades, o errores involuntarios, sus poemas delataran una línea que te sensibilice, vos no podes emocionarte, eso es como mostrar la hilacha y no haber comprendido la perfección de la que hablo. Pero ¡Que digo escriben! ellos, en realidad, cincelan el texto con la filosa suspicacia donde imagen, literalidad, levedad o cotidianeidad, desaparecen como conflicto en el ejercicio mismo de hendir cada palabra en el poema, igual que un matarife sacrificando el animal, pero sin pestañear porque ese es su oficio. Y en el oficio de escribir o hendir poemas, estos tipos siempre serán los mejores.  Ellos, además, se comportan como seres espantosos, y son definitivamente espantosos, pero no les importa. Para perfección y belleza están sus textos. Por eso es que, también, se acollaran con mujeres brutales insensibles y críticas que se parecen a las brujas de los cuentos, pero que defienden a muerte al matarife y sus poemas. Uno tiende a pensar cosas procaces sobre ellos, hasta se anima a decir que si cogieran serían menos patéticos, pero no, el tema es la poesía, el tema no es la cama. Las damas bellas, delicadas, y graciosas, no cuentan para estos tipos. ¡Tan comprometidos están con la poesía!

© Patricio Emilio Torne

2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

felicitaciones patricio. decís lo que, seguramente, muchos pensamos. y me emocionaste. abrazo. susana zazzetti,

22 de marzo de 2019, 12:38  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Todo dicho. Una salvedad: a veces tienen la suerte que no ven de tener cerca mujeres delicadas y bellas hasta que las embrutecen o las pierden.
Me gusta la lengua suelta de tu poema, Patricio.
Verónica M. Capellino

23 de marzo de 2019, 14:34  

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