15/2/19

Poema de Nara Mansur Cao





“Tratado de mecánica celeste”

Flor doméstica, beso que besa triste a una amiga;
inocultable paz, vergüenza casi —tu nombre pegado a
mi boca—
mi boca diciendo que esta boca no es tuya ni mía;
un ritmo insalubre, un ritmo otra vez y otra vez
malhumorado, que siente vergüenza de sí mismo,
y me digo y me dices: «no me acuerdo». Qué palabras
son esas.
«No niego esa pequeña f lor en mi balcón
doméstica» —dije. «Domesticada» —dijiste,
no sé de dónde vino semejante f lor:
si la pesqué o la cacé o la maté de algún modo
a esa f lor antes ajena y libre
(la maté de algún modo para poseerla,
para dominarla con cierto criterio de belleza
más salvaje aun que su condición).
Qué banal, qué venática, qué vena abierta,
qué ventolera:
cómo enseñar a jugar a una f lor,
cómo enseñarle a jugar con los demonios de una casa.
Qué decirle cuando nos quedamos solas.
—«¿Me vas a enseñar a jugar?» —le digo yo a la flor salvaje.
Qué voz es esa:
¿la de mi madre afónica por la tiza o es Emilia otra vez?
¿quién amenaza, quién provoca, quién quiere entretenerse?,
blanca mi madre, blanca Emilia, yo verde.
Qué cosa inmaterial su voz, qué alegre la voz de mi madre
después de tantas horas de clases,
qué tierna revancha al paso del tiempo.
La voz de mi madre qué cantarina —dice mi padre.
¿Y ahora soy feliz?
Ahora y después o mañana y antes incluso quizás.
Ayer mientras llovía quizás estaré lista para ser feliz.
Me quedaré tranquila un rato ayer. Hablaré
más bajito y más despacio ayer.
¿Me vas a enseñar a jugar, mamá?

© Nara Mansur Cao

Etiquetas:

1 comentarios:

Blogger adelina ha dicho...

Me encanta este poema
Me emocionó

17 de febrero de 2019, 18:09  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio