8/10/18

Poema de Beatriz Puertas




Jordi
bajó de un árbol veloz
una pantera diminuta
provocó mi pánico.
corrí lo poco que me dan
mis pulmones y mis años
y escuché el maullido
no era solo la lengua
de los gatos
era un pedido de auxilio
la manera que eligió para elegirme
lo cobijé en mis brazos
un almohadón oscuro
y terso
que sostuve en el pecho
tibio y amodorrado
el calor de mi casa
le dio amparo
y ahora está tan seguro
de que es el dueño
que a veces
tengo que desviar mis pasos
porque viene distraído
lamiendo los bigotes
manteniendo a raya
a Edipo que estaba
hace doce años
y a Futi
tan mansa
que no entiende
cómo ese extranjero
le quitó su espacio

© Beatriz Puertas

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...



Los gatos son los dueños de todo, y nosotros, sus siervos. Y está excelente el relato poético.

Abrazo,

Alicia Márquez

16 de octubre de 2018, 13:41  

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