6/10/18

Poema de Isabel Llorca Bosco



llegará la sangre al río 

cerca de la orilla 
un arenal blanco con un médano 
que se derrumba y se rehace 
en un instante 
el agua suelta una gota 
que recorre la arena seca como un tajoI
y la arena la traga 
 El agua es bebida con avidez y deja 
esa pizca de sal 
Los ojos me arden 
inundados como peces 
 
dulce me hace saber mi sangre 
que esta ha sido la herencia recibida 
va lo feliz en fuga           deja huella invisible                                                                             
pero igual siento mi sonrisa 

por cruel que haya sido la batalla 
no es justo permitir 
que el agua de mi nombre llegue al mar 
ni que más sangre busque el río.

                                                   
© Isabel Llorca Bosco

5 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Como bien dicen, la sangre no debe llegar al río, solo hace falta alguien que se lo proponga. Bello poema. Rosa Lía

6 de octubre de 2018, 21:08  
Anonymous Anónimo ha dicho...

adhiero a tu deseo. basta de sangre hacia el río. un arte poético. susana zazzetti.

7 de octubre de 2018, 12:16  
Blogger Gladys Cepeda ha dicho...

interesante poema el de la autora muy exacto en su escritura

7 de octubre de 2018, 14:50  
Blogger Adriana ha dicho...

Isabel, tu poema es una maravilla de profundidad y poesía. Esa sangre que cruza la arena como un tajo -por mencionar sólo un hallazgo- es una belleza. Me encantó. Es uno de los más bellos textos tuyos que leí. Gracias, poeta. Adriana Maggio (dirbi)

11 de octubre de 2018, 9:28  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Isabel, rescato que todos dejamos nuestra huella, ese granito de sal y un nombre que también deja su herencia de sangre.
Hermoso.
Saludos
Anahí D.B.

17 de octubre de 2018, 19:23  

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