Poema de Rafael Vásquez
PARTIDA
Llueve y es
una tarde triste y sola
que no sabe
apagar tu despedida.
Llueve para
ignorar que las palabras
no pueden
discernir lo que sucede.
Llueve para
que el aire que te envuelve
cruce como
una lágrima tu cara.
Llueve para
que nadie se detenga
mientras
pierdo el adiós que no nos dimos.
Llueve
porque la vida es esta sola
y juega con
nosotros la distancia.
© Rafael Vásquez
Etiquetas: Rafael, Rafael Vásquez
11 comentarios:
Que bello! La lluvia es atrapante aún en la despedida. Un abrazo Graciela Barbero
Cuánto le debemos a la lluvia! Bello.
preciosa esta lluvia. placer leerte. susana zazzetti
Muy lindo poema, Rafael! Llueve al leerlo :)
Gracias !
"Llueve para que nadie se detenga..." me gustó mucho eso!
Muy lindo poema, Rafael! Llueve al leerlo :)
Gracias !
"Llueve para que nadie se detenga..." me gustó mucho eso!
Hola Rafael: en tu poema la reiteración de ese "Llueve" es como la rítmica interferencia que muestra cómo el tiempo borra los rastros de lo amado sobre el planeta. Una angustia que cae sobre el alma al repetirse, al contrastar con la pérdida ("para que nadie se detenga") y al mismo tiempo acompañar ("cruce como una lágrima tu cara"). La gran verdad está en el último verso. Excelente Irene Marks
GRACIAS HERMOSAS PALABRAS
UN ABRAZO GRANDE
ALBA
Precioso, melancolico y sutil y muy bien construido
La lluvia y el adios que no se dice, pero nos cala hasta los huesos.
Muy bueno, una preciosidad.
Clelia Bercovich
Salir empapada de tu poema.
No hay dónde abrir un paraguas.
Gracias, Rafael.
Así se escribe.
Claudia
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