31/8/18

Poema de Paulina Vinderman





Soy absolutamente dueña de mi ausencia en Ciruelo,
de mi libertad que es ausencia.
Un ser que abandona su piel para volver a enfundarla
más cerca de la carne, más ceñida, si eso
fuera posible.
Tanto contemplo a la palmera cerca de mi ventana
que finalmente es ella la que me contempla.
Una palmera abismo, sin retórica alguna.
Un vacío dulcísimo que no quiere ser llenado
y tampoco ser llamado soledad.
Lo espanta mi caligrafía: la que apuesta
a la eternidad sin saberlo y sin detenerse.
Esa vieja eternidad del tintero involcable,
de las flores de invierno bajo la nieve todavía,
de la compasión sobrenatural olvidada de sí.

© Paulina Vinderman

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6 comentarios:

Anonymous Pauli ha dicho...

Hermoso poema, profundo y lleno de paz.

31 de agosto de 2018, 12:50  
Blogger Marta Rosa Brignolo ha dicho...

Hermoso Poema Paulina!
Marta Rosa

31 de agosto de 2018, 13:25  
Anonymous susana szwarc ha dicho...

Gran poema. Abrazo!

31 de agosto de 2018, 17:42  
Blogger Silvina Anguinetti ha dicho...

como me gusta leerte Paulina!!!!

1 de septiembre de 2018, 23:07  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Un vacío dulcisimo que no quiere ser llenado....otra respiración Poeta¡¡ Gracias Sonia Rabinovich

4 de septiembre de 2018, 12:15  
Blogger Unknown ha dicho...

Hermoso poema con su "eternidad de tintero involcable" alcanzada.


4 de septiembre de 2018, 15:55  

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