Poema de Marina Centeno
Décima
El gusto
por el dolor
que llena
mi poesía
con luz de
melancolía
y tinte de
desamor
le pone
frío al calor
de invierno
a primavera
para
hacerlo a mi manera
sabiendo
que entre la angustia
se
desarrolla la mustia
sustancia
que des-espera
Décimas
para Manuel Mejía Sánchez-Cambronero
y Fredy
Figueroa.
Para quedar
a la altura
de estos
dos hombres de letras,
esta mujer
se penetra
poco a poco
en la escritura.
En esta
gran aventura,
para escribir
con decoro,
al que sabe
le valoro
la
habilidad y destreza
de este
gran rompecabezas
con rimas
que yo empeoro.
Por un lado
está Manuel
que a todo
ofrece una rima
y a la
amistad la sublima
con versos
de gran nivel.
Como el
pintor al pincel
dibuja
letras a todos
entre
paisajes y modos
de
intercambio cultural,
que en este
"mundo irreal"
transforma
en brillo al lodo.
A Fredy,
qué le diré,
que otros
no le hayan dicho,
para salir
del capricho
lo digo y
me callaré:
El verso
que tallaré,
tan cálido
como frío,
se hundirá
en el vacío
que tiene
por intención
el buscar
la dirección
de las
aguas de su río.
Los gustos
y por razones,
que en
estos versos predico,
las
vertientes que claudico
le sobran
las intenciones.
Al poner
las condiciones
de estas rimas
aladas,
que con
ardor son trenzadas
y por
pasión al oficio,
se
construye el edificio
de las
palabras rimadas
© Marina Centeno
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