Poema de Adrián Terracciano
Vino tu vino mujeril
desde un exprimido vértigo
desde un acaramelado sol
desde las cuclillas
de un paupérrimo calvario
viniste espolvoreada
por el color de la luna
viéndote chupar la mentira
con el borde de tu clama
en el corpiño de una noche
que sostenía tu verdad.
Y no fue suficiente
el sabotaje absurdo
de una soledad carente
de un cardumen de tus ojos
no fue tangible
la vil estratagema
de un torbellino idiota
donde no ardía
tu amatoria lógica.
Bastaba una coordenada
un almático latigazo
de cardinal mancha
que salpicara
mi sed con orificios
por vos.
©Adrián Terracciano
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