Poema de Susana Cabuchi
ULEILA
Porque no hay que viajar
grandes distancias,
además es apacible, es bello,
encantador,decían.
Y cada año autorizaba el ocio
una población serrana
cuyo nombre proponía
un juego sin salida,
un interminable y misterioso acertijo:
Salsipuedes.
La calle principal
era de oscuro y empinado asfalto
y ondulaba, perfecta para el patinaje
y sus consecuentes advertencias.
Juntábamos piedras, mariposas,
plantas medicinales. Buscábamos
víboras, avispas, miel.
Pero lo inolvidable
fue el nombre de la casa alquilada:
Uleila del Campo.
Uleila sonaba a oleaje campesino,
a ciclos lunares en una lengua antigua,
a ulular marítimo,
a lagunas nocturnas, a luz.
¿Uleila era una flor silvestre,
un extraño y distante país,
un pájaro prodigioso y desconocido,
una mujer?
Desde entonces, en secreto,
llamamos así a nuestra madre:
- ¿Llegó Uleila del Campo?
- Uleila dice que ordenemos el cuarto.
- ¿Ha visto usted a la señora Uleila?
Nos había prometido estarse viva,
tostar zapallos porque -dijo- serían muy dulces
ese verano,
hacerme un vestido de seda verde
para los bailes de
carnaval.
A veces la nombramos.
En las calientes noches,
desde cualquier lugar, le preguntamos:
Señora Uleila,
Uleila del Campo,
¿dónde está,por qué no vuelve,
por qué demora?
¿O está en el Mirador
reconociendo amaneceres, colinas,
lejanías,
y no puede salir?
Mucho después de escribir este poema supe que en España hay
un lugar llamado Uleila del Campo, y que
Uleila era una palabra árabe que significa Mirador.
© Susana Cabuchi
2 comentarios:
Bellísimo poema.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Cabuchi no se como decir cuanto me conmueve tu decir.
Michou Pourtale
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