14/2/18

Texto de Osvaldo Burgos



ANTICIPACIÓN Y MEMORIA

Nacemos de una caricia ajena que no pedimos. Nos vamos implorando otra, que no nos dan.
En el medio, los abrazos se clasifican, se jerarquizan; los besos se cuentan, se prohíben.
Crecemos, andamos, nos hacemos viejos cargando con un mundo de caricias inconvenientes, impensables, resignadas, absurdas.
Pero en algún momento, el yo imaginario de los abrazos y de los besos no dados nos aplasta, nos abduce, nos subsume.
Quién sabe. Tal vez morir no sea realmente desvanecerse en el aire y quedar como un nombre en la memoria fugitiva de los otros.
Tal vez sea, simplemente, entrar en el mundo anticipado de las caricias que no dimos, de los besos que no nos dieron, de los abrazos que no nos atrevimos a desear.

Con su rama dorada, Eneas visita a Anquises cada noche, entre los hombres del espejo. “¿Por qué quisieran los cuerpos ya saciados volver a tener un alma?”, le pregunta.
El padre lo mira y nada dice. La respuesta, sin embargo, es obvia. Solo porque saben que, aunque medien mil años y el olvido, van a volverse a ver.
Entonces, amanece.   

© Osvaldo Burgos

Etiquetas:

4 comentarios:

Blogger Noemí Correa Olivé ha dicho...

Espectacular poema, Osvaldo, me encantó!! Gracias por compartir!! Abrazo.

17 de febrero de 2018, 15:05  
Blogger Silvina Vuckovic ha dicho...

¡Bellííísimoooo, Osvaldo, muy bello!

17 de febrero de 2018, 15:23  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Gracias a vos por la lectura y por el comentario Noemí! Abrazo fuerte.
Osvaldo

17 de febrero de 2018, 17:13  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Gracias, querida amiga... Es un texto del libro que está saliendo en estos días, editado por Olejnik, Chile. Ya estaremos presentándolo, por ahí. Que tengas un lindo día!
Osvaldo

17 de febrero de 2018, 17:15  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio